“Mis trazos sólo son herramientas que construyen un universo desde los causes más internos de mi vida y de mis pensamientos”

Pintura y frase de ANDRES SILVA SLE


Ciclo Casa Tomada, CCEC
“Adictos al malestar eterno del reproche”

Cada uno de los que abandonaba la salita de teatro del Centro Cultural España Córdoba, comentaba qué parte de la culpa siempre lo atormenta.
Y es que el jueves 24 de Agosto, la culpa se presentó (para molestar a todos) bajo la forma de un “experimento teatral” (así prefieren llamarlo sus actores), en una obra titulada “Zoe, Chichi y la culpa”.
Sentimiento angustiante si los hay. La culpa cobró vida en la personificación de un joven muchacho, situado en el centro del escenario. A sus costados y tomando un trago, Zoe y Chichi
“Porqué me tuve que comer una pizza entera, si con tres porciones estaba bien. ¡Soy un gordo!”- se reclamaba Chichi-
Desde el otro lado del escenario Zoe se culpaba por haber salido con un hombre que no valía la pena, sólo por sentirse sola.
Algunas luces tenues, un pequeño escenario, tres histriónicos actores y un muy buen guión, bastaron para remontar a cada espectador hacía lo más profundo de sus miserias.
Vicios, adiciones, manías y desenfrenos. Todas y cada una de las licencias que nos tomamos desencadenan necesariamente en ese sentimiento inmovilizador.
“Todos somos adictos al molestar eterno del reproche”- agregaba para sí, Zoe muy apenada- Es cierto que somos culpables hasta de sentir culpa, por eso yo prefiero decir que todos somos adictos al malestar eterno del auto-reproche.